viernes, 22 de agosto de 2014

Iniciativa

Pensaba tanto en él que decidí hacer algo,
sentarme y esperar a que ocurriera el milagro.

jueves, 24 de julio de 2014

La valla, el muro, lo de ahí delante

He llegado a ese punto en el que me atasco en la famosa pirámide de Maslow. Y es que podré ser de las personas que más da en una relación pero si es de uno (la relación, digo), ¿De qué vale? Es absurdo porque la mayoría de los problemas terrenales desembocan en ciclos de los que a duras penas se sale. En mí caso podríamos compararlo con esos pececitos que se utilizan para quitar la piel muerta de los pies. Yo soy los pies. Hasta que esos animalillos no hagan el arduo trabajo de "besar" mis pies éstos seguirán hechos un desastre. Vamos que hasta que un tío no me bese seguiré tan oldie y aburrida como siempre. Y el suceso no se da porque soy de llevar poco la iniciativa y por lo tanto, un tanto oldie. ¿Qué cómo se sale? Ni pajolera. Supongo que por eso mi subconsciente trabaja duro por las noches y crea fantasías algo distantes de la realidad. Y si encima eres ingenua y no has oído hablar de las teorías de Freud crees que se tratará de un presentimiento, una llamada divina o algo. A la única conclusión a la que he llegado es a la de mi poco afín paciencia. Esperar. No anticiparse. O sí. He ahí mi dilema.  Mi vida, mi desastre, mi todo. Mi indecisión. En algo desencadena, eso lo sé. Porque soy de esas que se niegan a aceptar que hay libros sin final. El hecho de que te quedes pensando qué pudo haber pasado ya es el final de libro. Es solo un alejamiento de lo convencional. El excéntrico del autor decide. Pero la vida, no es igual. O sí, quien supiera.

miércoles, 14 de mayo de 2014

Microrreproche

Te haces con mi bandera y
una vez que somos patria
me dejas caer de rodillas
pidiéndote democracia.